En pleno mes de agosto en Madrid hemos pensado que hablar de formas naturales de refrescar las estancias podría ser un buen apunte en nuestro blog. Hoy os contamos cómo la refrigeración pasiva en la arquitectura puede conseguir que los edificios regulen la temperatura para que las máquinas de aire acondicionado solo tengan que bajar un par de grados para llegar a la temperatura de confort.
¿Qué es eso de la refrigeración pasiva?
La refrigeración pasiva consiste en transferir el calor de un edificio gracias a una combinación de disipadores de calor exteriores tales como el aire, el agua y la tierra, utilizando el diseño del propio edificio.
La historia y la sabiduría popular ofrecen un conocimiento que los arquitectos no pueden ignorar. Los aleros, toldos, las celosías, las contraventanas, la vegetación y los patios con estanques o fuentes son formas tradicionales de climatizar una casa y en muchos de los proyectos bioclimáticos que se levantan hoy en día, combinan una o varias de estas formas.
Tipos de refrigeración pasiva
Ventilación nocturna. Adecuado en lugares donde la oscilación entre las temperaturas nocturnas y diurnas es alta. Este tipo de ventilación consigue que el calor almacenado durante el día salga hacia el exterior y se disipe.
Un ejemplo brillante de ventilación nocturna es el Eastgate Centre, un centro comercial y complejo de oficinas en Harare, Zimbabwe. Su arquitecto, Mick Pearce se inspiró en los termiteros tras ver un documental en la BBC. Su asombro sobre la capacidad térmica de la tierra y la de construcción de laberintos de ventilación de las termitas, le hizo plantearse un proyecto arquitectónico que tuviese capacidad de refrescarse por sí mismo imitando la naturaleza. A través de numerosos agujeros sobre todo en la fachada, el aire fresco entra mientras se expulsa el aire caliente a través de 48 chimeneas.
Este sistema consume un 5% de la energía de un sistema convencional de aire acondicionado y garantiza a los usuarios una temperatura agradable durante el día, todo el año.
Refrigeración por Evaporación. Ideal para lugares de clima seco. Consiste en usar la pulverización de gotas microscópicas en el aire. Esta idea se ha usado de manera tradicional en Egipto, Irán, Pakistán y Turquía durante años, instalando en la parte más alta de los edificios, unos toldos atrapa viento (malqafs) que enfriaban el aire a través de chimeneas dirigiéndolo a una fuente de humedad (piscina, fuente, macetas…) y que era inyectado a los diferentes espacios y niveles del edificio.
Ejemplos contemporáneos de estos tipos de refrigeración pasiva son:
Centro de Investigación de Torrent, Ahmedabad, India.
Pearl Academy, Jaipur, India. Este edificio además de utilizar una piscina interior en el patio para refrescar las estancias, emplea el diseño tradicional de una moderna celosía que evita el sobrecalentamiento durante las horas de sol. Como en el edificio anterior unas brisas pero esta vez provenientes de la parte baja del edificio, crean corrientes de enfriamiento evaporativo que empujan el aire caliente hacia arriba a través de diferentes cavidades.
Sin duda, actualmente no es nada fácil vivir en una casa que haya sido construida contando con estos métodos de climatización naturales pero, nos planteamos si algún día tendremos más en cuenta lo que la naturaleza nos ofrece para vivir confortablemente en vez de ir contra ella y eliminar lo que nos proporciona.
Reflexiones de agosto… esperamos que os guste este artículo. Si deseas orientación sobre calderas o aires acondicionado, será un placer atenderte.
Fuente principal de documentación: Ciencia y Trabajo Número 46
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