Hoy en día se habla cada vez más de la importancia de hacer un consumo responsable. De llevar hábitos de vida que contribuyan a nuestro bienestar pero que no por ello perjudiquen al medio ambiente. Y se habla también del uso de las energías renovables así como de optimizar los recursos existentes. ¿Coincide todo esto con la definición de consumidor energéticamente responsable? ¡Vamos a verlo!
¿Y qué es un consumidor energéticamente responsable?
Un consumidor energéticamente responsable es aquel cuyas acciones, cuya intervención en el medio ambiente y en la sociedad tienen la mínima repercusión. Dicho de otro modo, estos consumidores cambian sus hábitos para adaptarlos de tal modo que favorezcan la conservación del medio ambiente.
Y, quien dice consumidor energéticamente responsable, dice un uso eficiente de la energía. Desde escoger aparatos que consuman menos electricidad. Hasta pequeños gestos para ahorrar energía en el hogar. Pasando por el uso de las fuentes de energía inagotables.
¿En qué se caracteriza este tipo de consumidor energéticamente responsable?
Los consumidores energéticamente responsables se caracterizan principalmente por:
- Optimizar los recursos a la par que se hace un uso responsable y no abusivo de los mismos.
- Evitan el derroche de los recursos naturales. Son conscientes de que es el mejor modo de parar una producción masiva que deteriora el medioambiente.
- Tiene una actitud crítica ya que piensan en las condiciones en las que se elabora un producto o servicio.
- Un consumidor responsable también es sostenible. Reducir el consumo innecesario para ayudar al equilibrio medioambiental.
- Y todo ello en consonancia con un estilo de vida saludable y respetuoso con el entorno.
Sí, se pueden usar las energías renovables para calentar y enfriar la casa
Llegados a este punto seguro que la pregunta que tienes en mente es ¿se pueden usar las energías renovables para calentar o enfriar el hogar? La respuesta es sí ¡todos podemos ser consumidores energéticamente responsables!
Energía solar para el agua caliente
La energía solar térmica proviene del sol, es decir, es renovable ya que es inagotable y su proceso de generación tiene un escaso impacto ambiental. Se puede emplear para calentar el agua mediante la instalación de placas solares en edificios residenciales, comunitarios o viviendas unifamiliares. Y, además, se puede usar como sistema de calefacción a través de radiadores o suelo radiante.
Y también energía solar fotovoltaica para el aire acondicionado
Además de para el agua o como sistema de calefacción, esta energía renovable nos permite obtener la electricidad necesaria y de forma independiente sin estar conectados a la red eléctrica. Para usar cualquier aparato de climatización o refrigeración. Como los equipos de aire acondicionado que tanta comodidad y confort nos proporcionan cuando llegan las altas temperaturas propias del verano.
Pellet para el invierno
Los pellets, catalogados como biomasa solida, son naturales, no provienen de la tala de los árboles. Estos pequeños cilindros se elaboran a partir de serrín natural seco que, al comprimirlos, se logra un gran poder calorífico. Se trata de un combustible económico del que se nutren estufas y calderas.
No contamina. Ayuda a parar la emisión de gases de efecto invernadero. Y, al tratarse de una energía renovable, tanto las estufas como calderas de pellets, cuentan con subvenciones por parte del estado.
Cada pequeña acción, cada cambio o mejora supone un ahorro para nuestro bolsillo y una gran contribución para conservar los recursos naturales.
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