Las dos obtienen la energía procedente del sol. Y ambas son energías limpias, renovables y muy respetuosas con el medio ambiente, pero cada una funciona de un modo muy diferente. ¿Quieres conocer las principales diferencias entre la energía solar térmica y la fotovoltaica?
Las principales diferencias entre la energía solar térmica y la fotovoltaica
Ambas energías usan el sol como fuente para el consumo. Suponen un ahorro en las facturas, una buena inversión a largo plazo y no producen emisiones contaminantes. Tanto es así que se consideran una opción ideal para cumplir los objetivos marcados en el Plan Europeo 2050 para la descarbonización del sector de la climatización. Así como para alcanzar la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero. Pero ¿en qué se diferencian estos dos sistemas?
Cada energía capta una propiedad del sol
La energía solar térmica capta, gracias a los paneles solares, las propiedades del calor. Mientras que la fotovoltaica lo hace de la radiación o la luz. La térmica absorbe la energía procedente del sol y la transforma en calor. Y la energía solar fotovoltaica, por su parte, la emplea para transformarla en electricidad.
Los distintos usos de estas energías limpias
En cuanto a los usos de una y otra también hay notables diferencias. La energía solar térmica, una vez que capta el calor del sol, pone en funcionamiento los circuitos que son los que van a producir climatización y agua caliente sanitaria destinada para las viviendas o lugares de trabajo. También se puede emplear para calentar piscinas mediante paneles solares ubicados en cubiertas planas o inclinadas. Y para la producción de electricidad haciendo uso de su almacenamiento.
La energía fotovoltaica, debido a los paneles solares fotovoltaicos, tiene más posibilidad en el autoconsumo eléctrico (se puede prescindir totalmente del suministro de luz). Tal como el funcionamiento de aparatos eléctricos o motores. Además, puede ser empleada como fuente de alimentación en los sistemas de calefacción de geotermia y aerotermia. Su instalación se puede hacer para un solo consumidor o bien para una comunidad.
El funcionamiento es otra de las diferencias entre energía solar térmica y fotovoltaica
La energía fotovoltaica aprovecha la luz que llega a sus módulos para generar energía eléctrica. El excedente se puede guardar en las baterías para su posterior utilización o bien para inyectarse en la red.
La energía solar térmica genera calor a través de la energía que se concentra en colectores. En forma de agua caliente, se intercambia al agua de consumo. Almacena el excedente de energía en los depósitos de agua hasta el momento de ser utilizada.
Las diferencias también las encontramos en el precio
Los sistemas de energía fotovoltaica pueden ser algo más caros por necesitar de unas baterías para el almacenaje de la energía. Sin embargo, a la larga quizás no lo sea tanto ya que el mantenimiento es más económico que el de la térmica.
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