Hidrógeno renovable o verde: usos y ventajas

Si has oído hablar del hidrógeno renovable o verde es posible que hayas escuchado aquello de que es la energía del futuro. Razón no les falta: es sostenible, fácil de almacenar y nada contaminante. Pero, ¿realmente se está implementando? ¿Cuáles son sus usos? ¿De qué modo se extrae? ¡Vamos a verlo!

Qué es y cómo se consigue el hidrógeno renovable o verde

El hidrógeno como tal es un elemento químico muy ligero y abundante. Combinado con el oxígeno, permite utilizarlo en su forma más pura como combustible. Ahora bien, hay que tener en cuenta que abundante no quiere decir que sea una fuente primaria de energía. El hidrógeno es un vector energético, almacena energía que puede verterse cuando se necesite, pero que requiere ser tratada para según qué usos.

Para que pase a ser hidrógeno verde o renovable debe someterse a un proceso llamado ‘electrólisis del agua’ que no es otra cosa que la separación del oxígeno y el hidrógeno mediante la aplicación de energía eléctrica renovable.

¿Y para qué se usa? Utilidad del hidrógeno verde

Esta fuente de energía puede convertirse en electricidad o en combustible por lo que podría usarse en:

• Almacenamiento y transporte de energía renovable. Se convierte en un medio que permite almacenar y transportar energías renovables incluso a lugares remotos debido a su peso ligero.
• Industria. Permite emplearlo en la industria, por ejemplo, en plantas de fabricación.
• Medios de transporte. El hidrógeno creado a través de fuentes renovables se puede utilizar para producir electricidad como combustible para los distintos medios de transporte.
• También para uso doméstico y comercial. Se podría usar como sistema de calefacción para el hogar o local comercial.

Principales ventajas a tener en cuenta

En cuanto a las ventajas del hidrógeno renovable o verde destacamos:

1. Es de gran ayuda en la lucha contra el cambio climático ya que, al ser una energía limpia (no emite gases contaminantes) y 100 % sostenible, contribuye a la descarbonización del sector de la climatización y a la reducción de las emisiones de CO2.
2. No deja residuos a diferencia del carbón y el petróleo.
3. Contribuye a la integración de las energías renovables debido a su gran capacidad de almacenamiento.
4. Al ser fácil de transportar se puede llevar a cualquier parte.
5. Se trata de una fuente muy versátil ya que, como acabamos de ver, tiene diferentes fines.

¿Realidad o todavía ficción?

La demanda de hidrógeno como combustible se ha triplicado en las últimas décadas por su viabilidad, pero, no todo iban a ser ventajas, debido a su alto coste de producción como energía verde, aún son necesarias varias medidas para apoyar su desarrollo.

Según apuntan los expertos, se podría llegar a ahorrar hasta 800 millones de toneladas anuales de CO2 producidas a diferencia de cuando se usan otras fuentes de energía. Pero para eso sería necesario que se abarate la generación de energía renovable.

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