Cuando la bomba de calor y la fotovoltaica se instalan de forma conjunta se logra reducir las elevadas facturas energéticas. Pero es que además, apostar por las renovables tiene otras ventajas destacables como ayudar a frenar el cambio climático y contribuir al logro de los objetivos marcados en la Agenda 2030. ¿Hasta que punto es viable y rentable esta combinación?
Según detalla el informe de Solar Power Europe cuando la energía fotovoltaica y la bomba de calor se instalan conjuntamente se consigue ahorrar entre un 62 % y un 84 % en la factura energética. Y es que, según comentan, entre ambos sistemas se cubre casi la totalidad de las necesidades energéticas de la vivienda.
La energía fotovoltaica y la bomba de calor para uso doméstico
Como ya sabes, se trata de equipos de alto rendimiento y una máxima eficacia. Resistentes y duraderos, emplea las renovables, no se consume ningún combustible fósil y las emisiones contaminantes al exterior son nulas.
La fotovoltaica, gracias a los paneles solares, capta las propiedades de la radiación o la luz y la emplea para transformarla en electricidad. El excedente se puede almacenar en las baterías para un uso posterior o bien, dependiendo de la modalidad, para inyectarse en la red.
En cuanto a la bomba de calor, basado en un sistema de aerotermia, funciona a través de la extracción del calor del aire del ambiente mediante un circuito. Por el que circula un fluido refrigerante. De este modo se aprovecha el calor del exterior para caldear la estancia, bien para la refrigeración o para proporcionar agua caliente sanitaria.
Las placas fotovoltaicas combinadas con las bombas de calor ¡buena elección!
Entonces ¿la combinación de estos dos sistemas es buen elección? Además de apostar por las renovables, al unir la fotovoltaica y la bomba de calor se obtiene electricidad, agua caliente sanitaria y calefacción. Por lo tanto, las necesidades de la vivienda quedan cubiertas. De hecho, según se señala en el citado informe, instalación conjunta se presenta como una “óptima fórmula de ahorro para todo el año“, con independencia de la estación.
A esto se suma el ahorro económico. Pese a la inversión inicial que supone la instalación de las placas o paneles solares, la factura energética se reduce considerablemente.
Por otro lado, la energía fotovoltaica para uso residencia unido a la bomba de calor fomenta la reducción de la demanda sobre las redes eléctricas.
Implementación de políticas nacionales: Retos a superar
En el estudio se hace hincapié que para que todos los países de la Unión Europea puedan beneficiarse de las ventajas que acabamos de ver serán necesarias políticas nacionales además de posibles ayudas o subvenciones para la instalación.
Asimismo, el director de Políticas de SolarPower Europe Dries Acke explica que los plazos de amortización de las instalaciones deberían reducirse “ofreciendo préstamos a tipos de interés bajos”. Y que las medidas “deben igualar las condiciones y poner fin a todas las ayudas estatales a la calefacción con gases fósiles”.
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