La eficiencia de un sistema de calefacción depende de varios factores, siendo uno de los más importantes el estado de los radiadores. Para asegurarte de que funcionen correctamente, es importante conocer el papel de los purgadores automáticos. Por ello, en nuestro post de hoy te explicamos en detalle por qué y cuándo es necesario purgar los radiadores, cuáles son las ventaja de los purgadores automáticos y qué debes saber para su correcta instalación.
Por qué y cuándo es necesario purgar los radiadores
Con el paso del tiempo, el aire puede acumularse en el interior de los radiadores. Lo que provoca que no se calienten de manera uniforme. Esto reduce la eficiencia del sistema de calefacción, ya que parte del aparato puede permanecer frío, desperdiciando energía. Purgar los radiadores elimina este aire atrapado, permitiendo que el agua caliente circule libremente y calentando el espacio de manera más eficiente.
Es recomendable purgar los radiadores al menos una vez al año. Preferiblemente al comienzo de la temporada de calefacción. O siempre que notes que algunos radiadores no se calientan adecuadamente.
¿Qué son los purgadores automáticos?
Pero si te resulta tediosa la tarea de purgar los radiadores, quizás los purgadores automáticos puedan ser la solución idónea. Son dispositivos diseñados para eliminar automáticamente el aire atrapado en los radiadores, sin necesidad de intervención manual.
¿Cuál es su funcionamiento?
Estos purgadores funcionan mediante un mecanismo de flotador o termostático que detecta la presencia de aire en el radiador. Una vez detectado, abren una válvula para permitir que escape. Después se cierran automáticamente una vez que solo queda agua en el radiador. Esto garantiza que los aparatos estén siempre libres de aire y funcionando de manera eficiente.
Lo más acertado es que los purgadores automáticos estén abiertos en la temporada de uso de la calefacción. Has de saber además que el tapón de cierre está diseñado para cerrar el sistema en el caso de se dé una fuga a través de este.
Tipos de purgadores automáticos
Existen dos tipos principales de purgadores automáticos: los de tipo flotador y los termostáticos. Los purgadores de tipo flotador utilizan un mecanismo de bola flotante para abrir y cerrar la válvula. Mientras que los termostáticos utilizan un sensor de temperatura para detectar la presencia de aire en el radiador.
Pasos para su correcta instalación
La instalación de purgadores automáticos es relativamente sencilla. Pero es importante seguir algunos pasos para asegurar un funcionamiento óptimo:
- Apaga la calefacción. Antes de comenzar, asegúrate de que el sistema de calefacción esté apagado y que el radiador esté frío.
- Encuentra la válvula de purga. Ubica la válvula de purga en el radiador. Suele estar en la parte superior, cerca del extremo opuesto a la válvula de control de temperatura.
- Prepara el área. Coloca un trapo debajo de la válvula de purga para atrapar cualquier agua que pueda gotear.
- Afloja la válvula de purga. Usa la llave inglesa para aflojar la válvula de purga en sentido contrario a las agujas del reloj. Hazlo con cuidado para no dañar la válvula.
- Instala el purgador automático. Desenrosca el purgador automático nuevo en el sentido de las agujas del reloj en el lugar de la válvula de purga anterior. Asegúrate de que esté bien ajustado, pero no lo aprietes demasiado.
- Enciende la calefacción. Una vez que el purgador automático esté instalado correctamente, puedes encender la calefacción y dejar que el sistema funcione normalmente.
- Verifica y ajusta si es necesario. Observa el purgador automático mientras el sistema de calefacción está en funcionamiento. Si notas alguna fuga o problema, apaga la calefacción y ajusta la válvula según sea necesario
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