Los termos eléctricos, muy utilizados en segundas residencias y en destinos de vacaciones, necesitan de una serie de componentes que garanticen su correcto funcionamiento, entre ellos, el ánodo de sacrificio. Maximizan la eficiencia energética, alejan la cal de la resistencia y alargan la vida útil de aparato. Pero estas no son sus únicas funciones.
Qué es el ánodo de sacrificio de un termo eléctrico y para qué sirve
El ánodo de sacrificio de un termo eléctrico, también llamado ánodo de magnesio, es una varilla de acero recubierta de magnesio. Evita tanto el desgaste como la corrosión del resto de componentes metálicos del termo eléctrico al entrar en contacto directo con el agua. Por eso es tan útil en zonas de aguas duras. Dicho de otro modo, el ánodo se ‘sacrifica’, atrayendo hacia sí mismo la cal para proteger al equipo de la corrosión y el desgaste.
La ubicación del ánodo de magnesio en los térmicos eléctricos
El ánodo de los térmicos eléctricos ha de estar correctamente instalado en el interior del termo separado de la resistencia. Esta ubicación es la más beneficiosa ya que, al ser un elemento separado, facilita la revisión y la sustitución en caso de ser necesario.
En los termos eléctricos de Ferroli, en concreto en los modelos Titano Twin, Tiber B y Tiber C, el ánodo está instalado de tal modo que queda separado de la resistencia por lo que son aparatos excelentes de muy alta calidad.
Si esta pieza se estropea, se deteriora o deja de funcionar correctamente no podrá proteger los elementos metálicos del termo de la corrosión y el desgaste. Por lo que su revisión también se ha de realizar cada cierto tiempo.
¿Cuándo se debe cambiar o sustituir?
Lo que se recomienda es revisar el estado del ánodo cada año, salvo que se trate de zonas de aguas duras o muy duras en la que la presencia de cal es mayor. En estos casos la revisión se deberá hacer dos veces al año.
Como se trata de una pieza que está en contacto directo con la cal, su sustitución o cambio por una nueva será necesaria, de media, cada 3 años. Dependiendo, como hemos dicho, del tipo de aguas y del uso que se haga del termo. No es lo mismo un termo instalado en la vivienda habitual que en segundas residencias.
En cuanto a cómo se cambia el ánodo, lo idóneo es que sea el Servicio Técnico Oficial quien se ocupe. Debido a su complejidad y la importancia en sí de la pieza, es mejor que la sustitución, así como el mantenimiento, lo realicen los profesionales cualificados.
Mantener el ánodo de sacrificio en perfectas condiciones no solo alargará la vida útil del termo eléctrico. Sino que te garantizará el correcto suministro de agua en el hogar.
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