Hoy hablamos de la instalación de termostatos y válvulas termostáticas en el sistema de climatización. ¿Puede ser una excelente opción para controlar la temperatura? ¿O sería más eficiente apostar solo por uno de ellos? ¡Vamos a descubrirlo analizando las funciones de cada uno!
La instalación de termostatos en la vivienda
Un termostato es un aparato que, una vez conectado a una fuente de calor, permite regular y mantener la temperatura en las estancias. Gracias a su funcionamiento y a que se puede medir el grado de humedad y la concentración de CO2, se logra dirigir el arranque y paro de la caldera. Siempre en base a la temperatura que se desea conseguir en la vivienda. Una vez se han alcanzado los grados, su sistema de control cierra el circuito para mantener dicha temperatura.
Los termostatos según sus características y componentes pueden clasificarse como analógicos, digitales, inalámbricos, modulantes, programables e inteligentes. Los más acertado es ubicarlos en la habitación principal ya que es ahí donde se va a necesitar mantener el confort térmico durante más horas.
Qué son y cómo funcionan las válvulas termostáticas
Por su parte, las válvulas termostáticas instaladas en los radiadores de la calefacción doméstica son sinónimo de eficiencia energética. Se trata de un dispositivo que regula el flujo del agua que circula en el interior del radiador. Controlando de este modo la capacidad de generar calor.
Permiten programar la temperatura de las habitaciones de forma individual ajustando los grados a las necesidades de climatización de los habitantes.
Entonces ¿es una buena opción contar con termostatos y válvulas termostáticas en un mismo sistema?
Sí. Tener en una misma instalación termostatos y válvulas termostáticas, siempre y cuando no estén ambos dispositivos ubicados en la misma estancia, recuerda que tienen una función similar, es una buena idea porque…
- Brindan un confort idóneo puesto que se consigue la temperatura deseada en la vivienda.
- Y al tener la calefacción controlada y en los grados correctos se puede ahorrar energía (se hace un uso más eficiente). Así como reducir la factura de final de mes.
- Además, tiene otras ventajas como es el hecho de cerrar los radiadores cuando no estemos en la vivienda durante varios días o bien durante la temporada de calor.
- Los dispositivos más modernos permiten controlar la temperatura y otras opciones a través de los teléfonos inteligentes.
- Tener el confort que esperamos al llegar a casa será una realidad ya que fijaremos que la calefacción esté apagada mientras que la vivienda esté vacía y que se encienda unos minutos antes de que lleguemos a casa.
- Podremos incluso programar los horarios de encendido y apagado. Para, por ejemplo, quitar la calefacción a una hora concreta de la tarde o de la noche.
Ahora que ya conoces un poco más en detalle para qué sirven estos dispositivos y cuáles son las ventajas de tener ambos podrás decidir qué solución es la que más le conviene a tu hogar.
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