Ventilación forzada: qué es y cuándo se recomienda su uso

Los sistemas de ventilación forzada o mecánica, además de limpiar el aire del interior, ayudan a lograr el confort ideal en espacios interiores, el hogar o lugar de trabajo. Si quieres saber qué más ventajas presentan, cuál es su funcionamiento, qué tipos existen y cuándo se recomienda su uso ¡sigue leyendo!

¿Qué es la ventilación forzada?

También conocida como ventilación mecánica, la ventilación forzada se basa en un sistema que ventila un espacio interior a través de la extracción del aire dejándolo limpio y libre de partículas contaminantes. Se trata de un sistema de recirculación: el aire se filtra y se expulsa nuevamente al interior del espacio.

Muchos de estos equipos incluyen un recuperador de calor: se aprovecha el calor del aire de extracción para pre-acondicionar el aire frío que entra del exterior. De este modo se logra la temperatura adecuada más rápidamente a la par que se ahorra en el consumo de energía de otros equipos de climatización, tanto en invierno como en verano.

¿Qué tipos de ventilación forzada existen?

Según su funcionamiento y características distinguimos estos tipos de ventilación forzada:

1. Ventilación forzada por sobrepresión. Los inyectores se encargan de introducir el aire del exterior al interior dejando unas aberturas para que el aire viciado se pueda eliminar fácilmente.
2. Ventilación forzada por depresión. El aire se renueva extrayéndolo a través de la creación de distintas presiones que llevan el aire del interior al exterior.
3. Ventilación forzada controlada. Estos sistemas de ventilación mecánica combinan los dos tipos anteriores. Están indicados para espacios grandes como naves, oficinas de gran tamaño o centros comerciales.

¿Cuándo usar la ventilación mecánica?

Puede que estés pensando que este tipo de ventilación solo tiene cabida en espacios donde la ventilación natural no es posible. Bien porque no hay ventanas o porque son lugares muy herméticos donde la ventilación común no es suficiente. Pero lo cierto es que también puede ser una buena solución para cualquier vivienda o lugar de trabajo.

Y es que la calidad del aire interior muchas veces no se optimiza con tan solo abrir una ventana 10 minutos al día. Menos aún cuando las temperaturas son muy bajas o el número de personas que está en la estancia es elevado. Por eso la ventilación mecánica puede ser una gran aliada. ¿Cuáles son todas las ventajas que presenta?

Beneficios de los sistemas de ventilación forzada o mecánica

Como te decíamos, estos equipos mejoran notablemente la calidad del aire interior porque…

• Al renovar el aire previene que se propaguen virus y bacterias.
• También ayudan a eliminar malos olores o humos. Incluso se genera menos polvo en las estancias.
• Son de gran utilidad en cuanto al control de la temperatura y la humedad. Se reduce el consumo energético que supone volver a calentar las habitaciones tras ventilar la vivienda, sobre todo en los días de más frío.
• Gracias a estos aparatos se disminuye notablemente los niveles de CO2.
• ¿Y sabes qué más? Al extraer la humedad del interior, debido, por ejemplo, al secado de ropa, se consigue un mayor confort.
• Además, elimina distintos agentes contaminantes que se desprenden del mobiliario y las actividades propias del interior de un espacio.

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