De aquí a un tiempo se oye cada vez más el concepto ‘economía circular’ que, unido al término ‘energía’ se presenta como una excelente forma de aprovechar los recursos existentes y de ayudar a frenar el cambio climático. Analizamos en detalle cómo incluir la energía en la economía circular y qué implicación podemos tener los consumidores. ¡Vamos a verlo!
¿Qué es la economía circular?
De una economía lineal: tomar, fabricar y desechar. Se pasa a una economía circular en la que el consumo de productos tiene diferentes ciclos: de productos a residuos y de residuos a recursos.
Aplicado a la energía, estaríamos hablando de recursos renovables y de la reutilización de las materias primas, así como del tan necesario reciclaje. De este modo, se aprovecha la energía, se hace un uso eficiente de esta a la par que se reducen notablemente las emisiones de CO2.
Compromisos europeos con la economía circular
En Europa, la sostenibilidad se basa cada vez más en una economía circular. Así como en estrategias y políticas ambientales cuyo objetivo principal es lograr la neutralidad de las emisiones para el año 2050. A su vez, la UE pretende alcanzar la descarbonización del sector de la energía. Lo que supondrá una significativa reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Otras acciones políticas que tratan de implementar este sistema son, entre otras, el nuevo Plan de Acción de Economía Circular. Con ello se pretende optimizar la sostenibilidad de la economía circular en los procesos industriales y de empresas.
Cómo los consumidores podemos incluir la energía en la economía circular
La circularidad de la energía se centra en priorizar las energías renovables y en fomentar el autoconsumo:
Compromiso con las energías renovables
La economía circular basada en las energías limpias y renovables (se pueden reponer o directamente no se agotan) aplicada tanto a la producción como al consumo logrará reducir las emisiones de CO2, frenar el cambio climático e incluso bajar los niveles contaminación del aire y el agua.
Por otro lado, los sistemas de almacenamiento que permiten almacenar energía evitando que se desperdicie son también un impulso clave para las energías renovables.
Autoconsumo colectivo
Gracias al autoconsumo colectivo (se instalan placas solares en los tejados) en comunidades varios vecinos pueden compartir energía renovable obtenida de una manera respetuosa con el medio ambiente. Supone además un importante ahorro en la factura de final de mes.
Comunidades Energéticas Locales
Las Comunidades Energéticas Locales son asociaciones de personas físicas o empresas que participan de forma cooperativa en la obtención de beneficios energéticos, entre otros. Es otra forma de apostar por este tipo de economía ya que, además de proteger el medio ambiente con el uso de las energías de origen renovable: solar, eólica hidráulica y biomasa, se reducen los costes. También se controla el proceso de gestión de principio a fin.
Consumidores responsables
Los consumidores energéticamente responsables también son partícipes de esta economía circular al procurar que sus acciones tengan en el medio ambiente la mínima repercusión. Por ello, además de optimizar las materias primas, evitan el derroche de los recursos naturales.
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